Como ya hemos dicho en la entrada anterior en el taller de Fomento de la Lectura uno de nuestros objetivos es formar lectores activos . Es decir, no queremos lectores que sólo "lean por encima" sino lectores que se involucren en lo que están leyendo para una mejor comprensión.
Por eso os voy a mostrar un experimento muy curioso recogido de www.leer.es cuyos autores son Serra, R y Caballer, M.J.
Este experimento os hará recapacitar y daros cuenta de la gran importancia de leer pero de una forma activa.
Texto:
De cranta, un brosqui pidró las grascas y una murolla nascró filotudamente. No lo ligaron ligamente, pero no le sarretaron tan plam. Cuando el brosqui manijó las grascas, la murolla drinó priscamente.
Ahora intentad contestar a estas preguntas:
1. ¿Qué pidró el brosqui?
2. ¿Cómo nascó la murolla?
3. ¿Cómo lo sarretaron?
4. ¿Quién drinó?
¿A qué sois capaces de responder a las cuatro preguntas?
Pues eso pasa con nuestros niños, ellos podrían responder a estas preguntas sin haber leído el texto realmente, sin comprenderlo.
Este es un texto que no quiere decir nada, pero, que todos podríamos responder a sus preguntas sin entender
NADA. Y, esto es, porque hay unos mecanismos lectores que todos somos capaces de responder y nuestros niños los primeros porque esto es muy cómodo. No requiere entender nada, cumplirían con su tarea y luego se olvidarían.
Por eso es tan importante enseñarle a nuestros niños a leer de forma activa desde tempranas edades, de esta forma se habitúan y lo van haciendo automáticamente siempre. Es algo que no sólo pensemos que les viene bien para lengua sino para cualquier asignatura. Por ejemplo, en matemáticas sino leemos el enunciado de un problema comprendiéndolo, después, difícilmente lo haremos bien.
Un lector que lee entendiendo lo que tiene delante le saca todo el "jugo" a lo escrito y es cuando empieza a sentir ese "gusanillo" interior que es el inmenso placer de la lectura.